Predicando a niños y padres.
Gracias a Dios por permitirnos compartir con los niños de nuestro barrio, fue un gran tiempo. Próximamente, haremos un operativo médico, muchos padres y niños, fueron expuestos al Evangelio.
Creemos firmemente, que debemos predicar el Evangelio, y para ello, no debemos en escatimar en nada. Este tiempo, Dios ha inquietado nuestras vidas para anunciar a las multitudes, que solo Jesucristo es salvador de una humanidad que está muerta, ciega y esclava, por consecuencia, incapacitada, impedida y condenada, humanidad que de continuo hace el mal, podrida delante de Dios, sumida en oscuridad, pero, nuestra labor, es y será, anunciar a Cristo y a este, crucificado, nos levantamos como una antorcha para ser luz en las tinieblas, y rogamos a Dios, que en su gran amor, provoque arrepentimiento en los hombres.